En "Autobiografía de un esclavo" podemos
ver la diferencia entre las vidas de los esclavos y los libres. Aunque es la
perspectiva de la misma persona, el cambio de sus dueñas nos permite a ver el
tratamiento normal de los niños libres versus niños esclavizados. Doña Beatriz de Justiz le trató a Juan Francisco
Manzano como su propio hijo, siempre llevándolo en sus brazos durante la
infancia. Él recibió una educación por ir al teatro y la
opera y frecuentemente iba a fiestas o eventos sociales. Pero, cuando tenía
catorce años, su vida cambió drásticamente al recibir otra dueña . Desde ese
tiempo, él era tratado como un esclavo, como propiedad en lugar de humano. Era
víctima de la crueldad: él recibió palizas frecuentes, sufrido de hambre
constante y paso mucho tiempo en una carbonera como forma de castigo por malas
acciones insignificantes. Además de abusa física, él era atormentado por miedo
y sentido impotente a su condición horrible y la de su familia. Él
continuó aprender y desarrollar habilidades pero tenía mantenerlo en secreto o
sufrir un golpeo. Esta contraste entre el tratamiento de la misma persona
ejemplifica la diferencia y importancia de status en este periodo de tiempo. El
tratamiento amable de Beatriz de Justiz fue una rareza. En general, el color de
su piel determinó la diferencia entre ser mimado o derrotado.
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