Una
gran parte de la dificultad de los países latinoamericanos durante sus
revoluciones fue la interferencia de los Estados Unidos. En mi experiencia, en
las clases de historia, nunca he oído mucho sobre esta perspectiva. Uno de los
motivos de los Estados para intervenir fue el miedo de la extensión de la
influencia comunista de Cuba a otros países latinoamericanos. Como un país
democrática, tuvo razón por estar preocupado especialmente porque Cuba poseyó
los misiles. Pero la mayoría del tiempo, ellos interfirieron solamente por su
propio interés. La lectura menciona que entre 1890 y 1999 los Estados
intervinieron 48 veces en países latinoamericanos para mantener el poder
gobiernos dictatoriales para proteger los intereses políticos y económicos
norteamericanos. A pesar de su obvio egoísmo, los Estados Unidos trataron
formar una identidad de sí mismos como un "buen vecino" en lugar de
"invasor." Aunque en la formación de OEA y la Alianza llevan la
fachada de tratarse el mejoramiento de Latinoamérica, en realidad, la énfasis
fue centrado en el beneficio de los Estados Unidos. Ellos controlaron los
fondos recaudados y no permitieron "ningún proyecto que provoque un efecto
adverso en la económica norteamericana." También ellos exigían que los
latinoamericanos compren solamente maquinaria norteamericana aunque fue más
cara que otras opciones. Es obvio que su interferencia surgió para su propio
mejoramiento, no de deseos compasivos para ayudar a países pobres. La falta de
incluir esta información en muchos textos evoca la tema de escribir su propia
historia lo que vemos con las historias parciales de Cortez.
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